Lavado Discos de Pulido con Ultrasonidos
Desengrase por Ultrasonidos y Lavado de Grifería
DISCOS DE PULIDO
El lavado de discos de pulido con ultrasonidos permite resolver uno de los principales problemas de los tratamientos galvánicos. Se trata de la limpieza de las superficies de restos de grasas, aceites, polvos, abrasivos y otros componentes que impiden una perfecta adherencia de los metales indicados y la consiguiente exfoliación. En la fase terminal, las superficie debería bruñirse con pulido. Este procedimiento prevé que las superficies se cepillen con fieltros impregnados en grasa vegetal o animal y abrasivos (por ejemplo, corindón, alúmina, polvo de Trípoli, etc.).
Máquina para pulido
Diversos tipos de transductores por inmersión
Desde hace años Moroni Ultrasuoni trabaja con detergentes a base de agua ya que representan una alternativa válida, eficaz, segura y económica respecto a los solventes orgánicos. Los solventes orgánicos normalmente usados para el lavado de discos de pulido diluyen la grasa pero no la eliminan. Después de sucesivas utilizaciones, la grasa atasca el solvente empeorando ulteriormente el resultado. A esto se añaden los costes elevados para su eliminación, dañina para el medio ambiente además de costosa. Finalmente, tampoco faltan los riesgos para la salud del personal encargado del lavado.
¿Detergente por agua o solventes orgánicos?
El lavado de los discos de pulido es el problema más acuciante en preparación para los posteriores procesos de electrodeposición, galvanostegia, pintura, metalización PVD o al vacío. Además, al final del lavado con solvente, en la superficie de la pieza tratada se presentan los típicos polvos, que no son más que los abrasivos inorgánicos. Dado que son inorgánicos, estos no se disuelven en el solvente orgánico y permanece en la superficie de la pieza, haciendo necesaria una posterior eliminación manual (limpieza).
Por el contrario, el lavado por ultrasonidos en detergente a base de agua llega a las partes internas, justamente donde se hacen más densos los discos, consiguiendo literalmente que explote la grasa que es secuestrada y esterificada. También los abrasivos (alúmina, polvo de Trípoli, corindón, etc.), liberados por la grasa que los tenía pegados, se alejan de la superficie de la pieza y se depositan en el fondo de la cuba.